Relato I. Cap IV y V (final)

 



Que alumbrarán la oscuridad…

IV VIDA

Después de esa noche, en la que me encantó ver a mi prima, Izena se hizo amiga de la casa. Venía a cenar todos los meses. El último jueves del mes, para ser más concreto. El jueves era el mejor día de la semana para mí en mi juventud. Recuerdo esas noches mientras trabajaba y estudiaba, de salir con mis amigos a buscar ambiente universitario por la zona de calle Cristo de la Epidemia y centro de Málaga, cuando todavía no era un lugar de fiesta como ahora. Al día siguiente madrugón y a preparar el viernes, pero éramos jóvenes y deportistas, por lo que aguantábamos sin sustancias estupefacientes lo que hiciera falta.

Cada mes, aparecía con algún amigo, amiga o familiar mío o de mi entorno, con el que hacía demasiado tiempo que no coincidía y del que echaba algo de menos.

¿Era casualidad?

Después de cada cena, con los chupitos de Mónica, que empezó a sentarse también, muy en contra de su filosofía, acabábamos la conversación solos, cerrando el bar y hablando de temas o proyectos que nos hubiera gustado realizar si las circunstancias de la vida hubieran sido otras.

Esas noches, tenía paz. Dormía e incluso soñaba.

Mi mujer empezó a tener la mosca detrás de la oreja. Nos queríamos. Nos respetábamos y le había hablado de ella y de sus visitas a mi casa. Te brillan los ojos, me decía. “No te enamores que no tienes ni edad, ni dinero para otro divorcio, y como tú, no me va aguantar nadie a mí.”

Encantadora.

La verdad es que mis sensaciones eran de enamorado. Pero no de un enamoramiento nuevo. Era algo como de toda la vida. En nuestras conversaciones, miradas, pequeños paseos hasta el parking donde dejaba su coche, me sentía suyo. Y por lo que notaba, a ella le pasaba igual.

Ansiaba ese último jueves del mes. Ese servicio y encontrarme con alguien de mi pasado y con ella, claro. Esperaba esa conversación sobre qué hubiera pasado si aquella vez, en vez de ir a esa fiesta universitaria, hubiera ido a no sé dónde…nos hubiéramos conocido. Si hubiera estudiado Magisterio, si ella no hubiera ido a aquel viaje a Ibiza, si en la despedida de mi amigo Carlos en Tarifa, hubiéramos ido a comer a Bibo de Dani García en vez de al Tumbao…

Todo giraba a que nos hubiéramos podido encontrar hace años. Y en que, la mayoría de las veces, coincidíamos también en qué hubiera pasado.

Así, durante siete u ocho meses. En los que la sensación de acabar sin completar mi misión se acrecentaba.

 

 

 

 

 

 

…Mientras el sol llega

V ADIOS

En esa noche en la que empiezo mi relato, resulta que hacía dos meses que no venía a mi casa a cenar. No tenía su teléfono. Al preguntar a las personas que la acompañaros estos meses atrás, todas me contaban una rocambolesca historia de casualidades que convergían en la quedada para cenar juntos en mi casa.

Mi mujer y mi niña se habían ido de vacaciones con unas amigas, a las que me uniría yo en unos días.

Esa noche estaba especialmente bajo de moral, y llegaba tarde a  mi cocina. Había hablado con Marco y estaba todo controlado. También había llamado a Mónica, claro. Pero no hizo falta decirle nada. “cuídate, abuelo” y ven cuando quieras que nosotros nos encargamos. Si viene Luna te avisamos, me escribió por whatsapp.

-¿Luna?

- Si. “Izena”, es Luna en vasco

Empezaba a encajar. La Luna, Izena, mi media cicatriz, mi melancolía sin ella. ¿Qué pasa?

Llegué, acabé mi medio servicio y me quedé el último para cerrar.

Marco y Mónica se iban juntos a una fiesta en el Hotel Miramar. No me lo podía creer. Por fin.

Mi niña me llamó diciendo que estuviera bien y que pronto nos veríamos.

Mi mujer también me escribió para preguntarme si la echaba en falta…

Le dije que no y se cabreó para variar.

Todo era como demasiado previsto. Como si acabara algo y sonara la música de una película a punto de salir el rótulo con la palabra “FIN”.

Bajé la persiana y salí por la puerta de atrás.

Alguien me susurró mientras echaba la llave.

-“Hola, ya estamos juntos”, me dijo.

Al girarme, la luz de emergencia iluminó una cara radiante, risueña, con una mirada que hizo que se parara mi mundo. Allí estaba.

Me cogió la mano y sin mover los labios me habló:

Ya está. No ha podido ser esta vez tampoco, mi amor. En ese momento lo entendí todo. Estábamos hechos el uno para el otro. Éramos un solo ser unidos por un amor fuera de esta dimensión…Mis matrimonios fallidos, mis errores en la vida, los accidentes, el daño hecho a personas sin ser consciente, tantas vueltas a las cosas en pensamientos recurrentes, el tener que empezar de cero una y otra vez, el no habernos encontrado antes… todo era un camino a modo de prueba. No lo habíamos superado. En esta ocasión, ella fue informada y por tanto, fue consciente del vagar de nuestras almas por este mundo. Ella, se encargó de buscarme. Ella me trajo cuentas pendientes a cerrar en mi casa. Esta cicatriz, era el vestigio de nuestro sello de amor con la Luna de testigo. En otras ocasiones, varias, había sido al contrario y el tatuado había sido yo. De todo fui consciente al tomar contacto con sus manos. Todos esos proyectos de nuestras conversaciones que podrían haber sido en común, eran nuestra “misión”. No había sido culminada.

Poco a poco, nos acercamos y nos besamos.

Fuimos dos personas distintas a las de antes de tocarnos. Fuimos nosotros.

Con la obligación de tener que vivir otra vez en este mundo, sin saber en qué época, ni cómo ni cuándo, pero con la certeza de deber encontrarnos para culminar nuestra felicidad, nos desvanecimos en el espacio.

Mi cuerpo quedó fulminado, inerte, sólo. Infarto. Encontrado a la mañana siguiente cuando salía el sol que lo iluminó, por una pareja que corría por la zona, preparando la Media Maratón Ciudad de Málaga. La que hice en una hora y 35 minutos, bajando diez de mi penúltima participación y a la que tenía ganas de arrancarle unos minutillos más… Paraaa!

Llamaba la atención la expresión de felicidad. Lo había sido.

Todo acabó. Esperando a empezar de nuevo  la misión y compartirla con ELLA.


Comentarios

  1. Buen final!!! A por más....lo estaré esperando...

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  2. Muy chulo José!! Te ánimo a que veas como continuar la serie. IZENA da para más!! 😄🙃

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  3. Guauuu...me ha encantado Jose! Segue escribiendo y compartiendo :-)

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