Relato II. "SUPERHÉROE". Cap I

 


EL SUPER HÉROE

Rondaba esa edad, en la que no se es un niño, pero tampoco un adulto…Algo así como a lo que llaman adolescencia. Pero ya tirando más juventud que a infancia.

Siempre feliz, con un punto de inocencia que no de tontería, pues de tonto no tenía (ni tiene) un pelo. Con las mismas ganas de estudiar que las que se pueden tener para madrugar en esa etapa de la vida. Pero con las cosas muy claras en cuanto a su futuro inmediato. Deportista, guapetón y con enorme éxito entre las féminas del entorno Pedregalejo, Limonar, El Palo, Centro, Carretera de Cádiz, Santa Paula, Fuengirola, Torre del Mar….en fin, allá donde se dejara ver, el tío.

Gran parte de éxito, lo tenía su cuidado “look”. Os explico; tras una ducha, obligada casi siempre, tras un partidito de fútbol o varios días calentito en su chándal, y con la insistencia de su madre y hermanos, porque le costaba el tema acuático….¿Enh?

Seguía un ritual digno de admiración, y me consta, que imitado en muchas ocasiones tanto por sus congéneres pandilleros como por los no tan allegados:

1º: 20 minutos de elección de la ropa adecuada, muchas veces suya y otras “robada” a su paciente hermano.

2º: Gel fijador, medio litro, otros 15 minutos.

3º: Dos o tres vueltas a la manzana (según viento y clima), subido en su ciclomotor Yamaha, modelo Jog de 50 cc, siempre sin casco, lo que le llevaba a un secado natural del flequillo, que eso sí, era inimitable y eficaz al 100 por 100.

Tras la preparación de la salida nocturna, continuaba una agradable reunión en su casa, posteriormente, este tipo de reuniones fueron conocidas con el nombre de “BOTELLÓN”, pero ellos ya las practicaban antes de los 90…

En ellas, aparte de fútbol y de niñas, se discutían otros temas transcendentales para la paz mundial y para la economía del país, sobre todo para la economía de las discotecas a las que irían después, pero, había un tema que el muchacho siempre sacaba: Spiderman.

Al principio los asistentes se reían y hacían comentarios jocosos. Pero con el paso del tiempo, empezaron a preocuparse, pues el tema se repetía con insistencia y en las conversaciones aparecían detalles que dejaban boquiabiertos a todos y a todas las que iban, porque también había componentes femeninas, claro.

En alguna ocasión, comentaba que cuando consiguiera superpoderes, accedería a dimensiones desconocidas, y se adelantaría a los acontecimientos, pudiendo ayudar a todo el que lo necesitara. Claro, eso, después de gastar un par de bolsas de hielo, para enfriar vasos con alguna mezcla bebible de espirituosos variados, creaba opiniones de todo tipo entre los asistentes. A él, le daba igual, pues lo tenía clarito como el agua de los hielos. Y al resto, se le olvidaba en cuanto salían de allí, hasta el próximo fin de semana.

 

Todo cambió en una semana de primavera. La semana había transcurrido con la normalidad habitual: algún que otro madrugón para ir a clase, alguna que otra hora de estudio, fútbol en la tele (en aquella época, se daba fútbol sin pago y no había móviles), un cine con alguna amiga especial, el partidillo de fútbol sala del jueves colándose en las pistas del Club de Tenis de Pinares de San Antón, y algo de deporte adicional en la máquina de pesas fantástica de su casa, y, como, no, la quedada con la pandilla para la reunión del viernes noche, tú traes el hielo que te toca, yo compro vasos, tu esto y ellas lo otro….

Pero había en el ambiente una sensación especial. Nuestro protagonista tenía un presentimiento. Algo así como si su “sentido arácnido” le avisara de algo.

Comentarios

  1. Siempre nos dejas con la miel en los labios...haces bien, así te esperamos con ganas. Todavía me estoy riendo..blanco y en botella..

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  2. No me des muchas ideas eh!!

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  3. Que interesante...me suena enormemente el protagonista :-)

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  4. estamos esperando el capítulo II, vamosss!!

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  5. Me encanta. Tanto detalle que parece que lo estuviera viendo. Gracias por tan bien rato

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