Relato II. Cap IV final


 

CAP. IV

Se acerca el momento de actuar, pensó nuestro héroe.

Después de acabar con dos botellas, una electrificada y otra de no sé qué licor extraño…tequila creo que se llamaba entre toda la pandilla, comenzó la disimulona tarea de recoger el saloncito. Uso esa palabra, porque era el momento de: “voy al baño”, “bajo a decirle una cosa a tu madre”, “voy al coche a por una bolsa”….y esas excusas baratas que ponían todos y todas antes de ir camino de la zona de bares de Pedregalejo y acabar la noche en la discoteca del lugar. Al final, eran los de siempre los que recogían los vasos, valoraban si se podía aprovechar algún culillo de un vaso o botella y pasaban la fregona para que el salón fantástico no oliera como un  disco pub a las 7 de la mañana.

Con la limpieza hecha, preparada para hacerla de nuevo al día siguiente, claro, empezaron a salir.

-          ¿Dónde vamos?

-          Al “Zona” a tomarnos la primera allí.

La primera de la calle, claro.

El “Zona Málaga” era un disco pub fantástico, donde dos generaciones de jóvenes “echaron sus dientes” socialmente hablando, hasta que varios grupitos de arraigados paleños decidieron usar la calle aledaña como ring de lo que ahora se llaman: “artes marciales mixtas”, lo que, unido al agotamiento de la paciencia vecinal por los ruidos, las suciedad, las peleas y el tráfico, poco a poco desplazó la zona de movida al centro de la ciudad.

Pero él, tenía ganas de ir a otro sitio. A un bar de calle Bolivia, llamado “Excalibur”. No solían ir, aunque sí la pandilla de su hermano, pero hoy, su sentido arácnido, acelerado y aumentado tras el incidente de la moto, lo llevaba allí. Tras alguna discusión, los convenció (era fácil), accedieron y se distribuyeron entre los vehículos, que irían conducidos por los que no bebían claro. Casi siempre, niñas. No es machismo, es madurez adelantada. Aunque él, no había probado casi nada, porque estaba muy nervioso, y por eso se llevó su inseparable “jog”.

Conforme se acercaba a la calle en cuestión se ponía más ansioso. Vivían en la zona de Miraflores de El Palo, y de ahí hasta el bar, apenas había 6 km. Aunque en ese tipo de vehículos a dos ruedas se tardaba un ratillo, el tráfico de la zona durante los fines de semana hacía que el breve trayecto se antojase interminable.

Una vez allí todo fue demasiado rápido.

 

 

No sabía cómo, pero había llegado el primero y había aparcado un poco alejado del bar. Se bajó de un salto y corrió hacia atrás. El tráfico en esa calle era de dos carriles en la misma dirección, por lo que corría paralelo a los coches en dirección contraria a ellos. Por el espacio que quedaba entre ellos y la acera. Alguno pitaba y otros le decían: “Niñato borracho ¿dónde vas?”

De otro salto pasó un contenedor justo en el momento para sujetar a una morenaza con un vestido verde que caía hacia la carretera con…¿!un balón de balonmano!?, justo en el momento en que una (extrañamente conocida) furgoneta blanca estaba a punto de atropellarla. Al verlo coger a la chica, el conductor miró con cara de asombro y dio un volantazo evitando un mal más que previsible. Como había demasiado tráfico, siguió su camino.

¡Había salvado a la chica! Su sentido arácnido, le había llevado hasta allí, le había hecho saltar y había cogido casi en el aire a aquella morena alta, salvándola de una muerte segura. Iba a ser verdad lo de los poderes…

Tras la confusión inicial, levantó a la chica que seguía con las piernas liadas en un bonito vestido verde y la colocó en la acera. Sólo se escuchaban gritos de las amigas y los tertulianos del saloncito empezaban a llegar preguntándose qué había pasado allí.

Por lo visto, le habían pasado un pequeño balón y ella se había trastabillado con un vestido largo, precipitándose a la carretera. Si no llega a ser por nuestro héroe…

Conforme se arremolinaba la gente en la acera, la chica se desmayó, provocando más caos si cabe, entre las amigas que gritaban histéricas como si hubieran ganado una liga de algo, pensó.

Lo primero que se ocurrió, fue parar un coche para pedir ayuda.

El primero que seleccionó, era un seat panda negro, conducido por una joven pelirroja con un tatuaje de media luna en el hombro, guapa como ella sola, pero no para él, para mi hermano, pensó.

Seguro que mi hermano sufre el “síndrome E.R.A.T.A.” con esta ricitos, previno.

Otro de los súper poderes, parecía ser el de ver cosas del futuro en las personas que quería…

El “síndrome E.R.A.T.A.” era el del Efímera Realidad Amorosa Transitoria Ansiada. Me explico, es una sensación que se produce en muy pocas ocasiones. Además, se debían dar una serie de circunstancias:

1.  1.   Sentimientos a flor de piel, debidos a una ingesta moderada de alcohol o a un estado anímico en el que una persona se siente débil, o bien por un desengaño, o bien por un estado de bajón anímico.

2.  2.  Música que afecte al corazón, es decir, algunas canciones significativas para la  persona que lo está sufriendo, si están a tope en un bar y con las amistades sinceras alrededor, pues mejor.

3.   3. Coincidencia en un espacio reducido con una persona especial. Con solo una mirada y una sonrisa se establece un vínculo mágico entre los dos.

4.    4.Unas horas de conversación, de conocimiento mutuo y se entra en un mundo paralelo, un mundo en el que a las dos personas les encantaría estar, pero en el que, al menos una de las dos, no va a pertenecer por más tiempo que esa mágica noche. Todo se para, hay magia, parece amor.

5.  5.  Acaba la noche en una playa viendo amanecer. A falta de playa, puede ser montaña. No hay sexo, aunque sí caricias y besos. Hay promesas que no se cumplirán y sobre todo, hay ganas de que la noche, la tarde o el momento que sea, no acaben, porque va a implicar la despedida de la magia.

6.  6.  Cuando se despierta de la ensoñación, existe un sentimiento de lo que podría haber sido, pero que no será, ya por las obligaciones o relaciones que se tuvieran antes y el miedo a romperlas por inmadurez o por ese punto de locura, que ya con la seriedad y la resaca, se han perdido. O porque una de las dos personas “desaparece” del mapa sin saber más de ella durante, quizás, demasiado tiempo.

Ella muy dispuesta y como si formara parte de la historia, se bajó del coche, abrió la puerta del acompañante y la metieron como pudieron. Desapareció por la carretera a una velocidad como la que no sabían que corriera un coche de esos…camino del centro de salud más cercano, imaginaron todas.

Durante unos meses, los poderes se acentuaron. Él, era capaz de identificar posibles situaciones peligrosas de su entorno. Accidentes de motos, rupturas emocionales, negocios exitosos y fallidos de hostelería, campeonatos y noviazgos más o menos duraderos.

Era capaz de averiguar sentimientos hacia los suyos. Se veía en un futuro con una maravillosa familia, rodeado de mujer, niña y gato. Aunque siempre se veía a sí mismo sin dormir, que raro, con lo que le gustaba a él una cama para dormir, claro. Pero en fin, el sentido arácnido era lo que era y ya se vería.

Poco a poco, conforme iba acabando esa fantástica etapa de su vida, con el trabajo, los desengaños amorosos, la madurez, los problemas económicos, la falta de seres queridos, el despegar de algunos amigos y amigas hacia otros lugares, lo que es en definitiva el mundo adulto, los poderes se fueron diluyendo. Quedando un leve recuerdo de todo. Tan leve y difuso, que a veces se preguntaba si alguna vez fueron reales, o si aquel encuentro con el ser con forma de araña, no había sido más que un sueño.

Pero…”que nos quiten lo bailao”, ¿no?

Comentarios

  1. Me ha encantado....todo imaginación, nada que ver con ninguna persona real ni momentos conocidos...ja ja. Fenomenal.

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  2. Excelente escritor, menudo talento tengo en casa!!! A seguir cultivando tu maravillosa imaginación.

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  3. Me ha encantado ..creo que me suena de algo el protagonista.. un abrazo makina..sigue asi

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  4. Me ha gustado mucho!!! Aunque seguro que la realidad supera la ficcion 😉 un abrazo primo!

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Que guay!! Madurez adelantada🤣 jajajaj

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  7. jajaja me ha encantado Jose!!! no dejes de escribir!!

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  8. Al fin y al cabo, la vida es sueño, a menos que la vivamos de verdad. Magnífico y lleno de ella tu relato...

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