CRÓNICA DESDE 11 SEP HASTA 2 DE OCTUBRE 2021
La necesidad de reflotar mi mente, mi ser, me lleva a volver a hacer cosas que me hacían
disfrutar. De una forma que más parece una auto imposición que una prescripción,
intento recuperar algún tipo de ejercicio físico, intento escribir o “escupir”
mis sensaciones, leo todo lo que me apetece, dedico tiempo a meditar y pensar
sin agobios, pero tengo todavía muchas tareas por recobrar: amistades,
improvisaciones/planificaciones, tiempo de calidad con mi pareja y seres
queridos, en definitiva, dejar que la vida fluya y encajar el “a ver qué pasa”
sin que sea un pesadilla para mi estructurado pensamiento.
En esta tarea de escupir mi sentir:
El sábado 11 de septiembre…. Salió de
noche, en ese instante previo a las primeras luces del alba. Poco a poco,
comenzó a recorrer su senda. Los demonios en forma de pensamientos recurrentes,
atacaban su mente., ansiosos por convertirse en realidad. Una realidad de la
que él, en su reseteo, sabía que debía afrontar sin prisas. Después de los
primeros kilómetros, comenzaron los obstáculos. Uno a uno, con una dificultad
apenas recordada, los iba superando. Aunque el esfuerzo, supuso consecuencias
en forma de agotamiento, sudor y lágrimas. El sol salió. Lo que en principio
parecía una suave bajada en desnivel negativo, se transformó en objetivo de
buitres acechantes ante el olor a ser vivo a punto de dejar de serlo. Gracias a
esa fuerza que surgió de lo más profundo de su ser, volvió al mundo real en el
que de verdad lo acechaban otro tipo de buitres, esta vez, cazadores.
Viernes 17 de septiembre…..Viernes noche,
Millones de personas se preparan para salir. La necesidad de socializar, como
todo ser humano, con la premura de conocer
a otros seres, reír, conversar, bailar con ellos….contrasta con la necesidad
que tenemos otros de luchar contra nuestros demonios internos. Contra nuestras
asociaciones erróneas, nuestro ego manipulador que se encarga de anular lo que
somos y lo que queremos ser, para convertirnos en su esclavo. Viernes. Día
otrora mágico. Ahora no es más que un día real, presente, aquí estoy y me toca
vivirlo así. De manera atenta, atento a mí…Detrás de la noche, está la Luna.
Ella. Iluminada y visible gracias al Sol. Transmisor de la energía necesaria
para afrontar una noche, preludio de un día menos, que, tras ordenar las ideas,
debe convertirse en un día MÁS. Pero… que nos quiten lo bailao y…¡que lleguen
tiempos de baile!
Lunes 20 de septiembre….Otra noche sin
dormir, me levanto a las 4.30am. Esta noche ni con ayuda prequímica... El sol
saldrá. Y mis demonios están ahí. Todos mis "coleguitas":ansiedad,
pensamientos recurrentes, dormiré?, haré algo por mi?, estará todo bien?... El
esfuerzo por funcionar y levantarme solo es comparable a la lucha de un
velerito frente a un temporal. Al final, con tarea propuesta, lo consigo. La
sonrisa de mis vástagos, puede con los primeros vientos. Al empezar a dedicarme
a mí, me propongo nadar. Lo que siempre fue un mar en calma, ahora es el braceo
incómodo frente a una corriente de mar de poniente. Olas. Cada brazada es
conscientemente dirigida, pensada, calculada en un pensar si lo sé hacer o no.
Me costó entrar al agua, calle solo para mí. Así que, sin excusas. Golpes de
mar, golpe contra la pared. El socorrista me vigila, ya le di la vuelta al
jamón, así que lo comprendo al pobre. Me para. Estas bien?
Sigo. Peleo con mi mente, al final consigo
nadar. Otra batalla ganada. Continúo con mis mimos. Medito y salgo a trotar.
Comienza la pelea. Pienso y pienso. Vueltas y vueltas. Corre más, bueno, camina,
no corras, trota...tengo que ir luego a comprar agua y poner gasolina. El mar
de poniente, hace al barco zozobrar. El náufrago se arrastra hacia la orilla
que parece cada vez más lejana. Hay que parar pues el pulso supera las 200 ppm.
Me agarro a un palo del naufragio que ya se convirtió en pecio. Llegó a casa
tras pararme a la sombra de una palmera y mi estómago somatiza la cantidad de
agua tragada, vaciándose por todas las tuberías
posibles...Pero sigo vivo. Sigo aquí. Mañana veré como sobrevivo en esta
isla sin tirar la toalla y abandonarme a la suerte del océano....
Viernes 24 de septiembre….Nuevo viernes...
Están ahí. Mis compis que me acompañan en mi periplo diario vital: mis buitres.
Vuelan aprovechando las corrientes, con un mínimo esfuerzo. Aprovechan el
viento. Ese viento que trae los nubarrones que ocultan al Sol, a mi guía
durante el día. Y también a la Luna, mi reflejo durante las noches. Estoy
esperando que realice su trabajo al completo y se los lleve también. Despejando
el cielo.
Ese volar acechante, circular, esperando
que caiga la presa, esperando para limpiar la carroña, impaciente a veces,
produce un efecto engañoso: miras y los ves. Miras y ya no los ves aunque ahí
sigan. Aprovecharé el fin de semana para construir mi refugio, en mi isla. Que
me oculte de ellos.
Con las maderas del naufragio y con las herramientas
que sé, están por aquí y debo buscar.
¡A tope!
Sábado 2 de octubre… Varios días sin
escupir y no precisamente por no tener nada en la boca, por no buscar nada por
elementos que contar, sino más bien, por falta de fuerzas. Los días han pasado
como de auténticos dientes de sierra. Una sierra que me raja la vida. La subida
en desnivel positivo, la consigo a base de llegar extenuado por el ejercicio
físico. La bajada, se produce al parar, al volver a estar solo con mi ego. Y al
pelear con él. Más bien contra él. Le puedo. Pero cuando bajo la guardia, me
tira el refugio abajo a base de rachas de poniente. Los momentos de soledad
tras el naufragio, los quiero ocupar intentando construir otras edificaciones en
mi isla. Más robustas, que me protejan de los vientos. Y a la vez, de esos
buitres cada vez más numerosos, cada vez más cerca, que no se van ni a pedradas.
Pedradas como la que tengo pegada…Está siendo largo el proceso. La señal de
S.O.S. que he diseñado en la arena con las piedras que tiro, cada vez tengo
menos fuerzas, parece, ha sido vista por mi entorno, por las personas que
todavía me quieren (si ya era complicado antes, pues ahora…) Pero para ellos
tampoco es sencillo, pues la marea las borra con las olas. Olas que pienso
aprender a volar en KITE….te vienes?
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