Un momento de introspección. Apenas
medio minuto. Entro en mi cueva.
Mi yo, esa voz que habla dentro de
mí, desarrolla un diálogo consigo misma.
Tomo conciencia. Soy un alma.
Pertenezco al alma primigenia que
creó el Todopoderoso creador del Universo material e inmaterial. Pues lo que es
él, soy yo. Donde es arriba es abajo y dónde es dentro es fuera.
Ahora tengo dudas. No sé si estoy
viviendo solamente en este tiempo. Tengo la impresión, que estoy sucediendo en
otras dimensiones temporales a la vez. Pasadas y futuras. El teseracto
temporal, indicaría que estoy siendo en múltiples vidas a la vez.
Mi alma está en varias conciencias
que no se conocerán nunca.
Pero ella, eligió estar en estas
vidas, cada una con un propósito personal. Todos esos procesos, llevarían a una
evolución de consciencia que haría que ella, fuera creciendo. Superando sus
retos y encarnando en otros mundos o especies.
Matemáticamente, es un razonamiento
lógico, pues no habría suficientes cuerpos diferentes para que mi alma naciera:
2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos... Si continuamos la serie,
es imposible que hubiera tantas personas en el mundo en unos cuantos elementos
anteriores más. Por lo que deduzco, que he estado en el pasado y estaré en el
futuro siendo yo. Habría imágenes de mis antepasados muy parecidos a mí, si
hubieran existido soportes para registrarlas desde el supuesto año Uno,
inventado en el Concilio de Nicea en el año 325 d.C., convocado por Constantino
el Grande y datado 354 años atrás (con un margen de error de entre 4 y 6 años.
Incluso de siglos anteriores.
Todo esto me lleva a creer en un
Creador del universo tal y como lo conocemos.
Además, de creer que esta entidad
tiene un plan. Un plan global para toda su creación.
Dentro de ese plan, están las almas y
las entidades que las ayudan a elegir sus vidas para mejorar de cara a un
juicio en el que el resultado es una evolución.
Me cabe la posibilidad, dentro de
toda esta paranoia, que cuando morimos, nacemos otra vez en el mismo seno, pero
con algo más aprendido…
Lo que me trae de cabeza, es el “para
qué de esa evolución”.
¿Será quizás para convertirse en
entidad colaboradora?
¿Será quizás para llegar al nivel de “Creador”
y crear otros universos?
Si hay más creadores, ¿se comunican?
Y sus creaciones, ¿se relacionan entre sí? Los seres de las creaciones, ¿tienen
niveles de evolución?
Ya con estas cuestiones tengo para
toda mi vida actual y parte de alguna futura que, seguramente, ya estaré
viviendo.
¿Es posible que con la búsqueda de
las respuestas, esté evolucionando en mis futuras conciencias?
Lo que tengo claro, es que he elegido
esta vida. Las otras no las conozco, pero puedo intuirlas. Estoy viviendo
demasiadas emociones y sentimientos. A veces, me han llevado a romperme en mil
pedazos.
Y continúan así. Cuando no entiendo
por qué pienso tanto y por qué tengo que controlarlo todo, no encuentro
consuelo ni respuesta.
Ha habido momentos en mi vida, en los
que el miedo a la infelicidad, me han obligado a actuar de forma muy egoísta,
dañina para los demás.
Quizás fuese una de las cosas a aprender
en mi presente: no hay que ser plenamente feliz siempre. La felicidad inmediata
son momentos, son recuerdos. Instantes que nos hacen tener lo que en ese
momento demandamos. Se puede ser feliz porque ya pinta el bolígrafo. Se puede
ser feliz cuando se encuentra el alma gemela.
La felicidad a largo plazo, es un
cúmulo de momentos que nos recuerdan que estamos a gusto con nosotros mismos.
La obsesión por esa búsqueda total,
nos lleva a los cometer errores muy comunes, cuyo resultado es la No Felicidad
y su consiguiente frustración. La toma de conciencia de que estoy frustrado
continuamente, me rompe.
Últimamente, estoy aprendiendo a
pegar esos pedacitos de mi alma. Soy más consciente de ellos. Esos momentos
oscuros, pasan. Más tarde o más temprano, se van. Se olvidan o se apartan. Yo,
los aparto.
Busco consuelo en las pequeñas cosas
que me levantan el ánimo. Normalmente el deporte y la escritura. De ambos, he
aprendido que no hay que ser el mejor. Ni siquiera bueno. He aprendido a
disfrutar mientras los practico. Sin rendir cuentas.
También lo busco en las grandes
cosas. Mi familia, mi sangre. El amor. Mi corazón es más grande lo normal
físicamente. Figuradamente, también. Hay veces que me ha costado contenerlo y
fijarlo en quienes verdaderamente me importan, diversificando sin medida ni
feedback. Pero ya tengo una edad y correspondo a quien me corresponde, nadie
más. Teniendo asumido, que no se puede dar todo a todos.
Continuará…
Correspondo
ResponderEliminar¿Quién eres?
Eliminar