Febrero 2022

Hoy, en la bici, me ha dado por pensar....

Todos los días medito. Me visualizo una meta para poder levantarme de la cama. 

No siempre ha sido así.

Soy un simple maestro que, profesionalmente siempre ha intentado educar y ayudar a aprender a los niños y niñas que han pasado por mis manos. He intentado dar lo mejor de mí en todas las demás facetas de mi historia vital. Siempre ser quise buen padre, buen deportista, ser un buen amigo, buen amante...

Después de unos cuantos años de trabajo, de auto exigencia deportiva, de tener dos niños muy seguidos, de una relación de pareja en más que posible quiebra...mi cuerpo dijo: "Basta. Hasta aquí hemos llegado." Mientras mi cabeza reventó.

Siempre he dominado mis nervios y mi estrés. Pero esta vez me pudo la ansiedad. La cantidad de pensamientos recurrentes, se volvió insoportable. El cansancio físico, me impedía entrenar como a mí me gustaba. Después de años levantándome a las 5 am para correr, de aprovechar cualquier hueco para nadar,  o salir en bici, unas flexiones en barra o unas abdominales por aquí y por allí, no dí más de mí. El confinamiento, contribuyó a machacarme: 24 horas conectado, en casa encerrado, con  mis niños y sus clases, mis clases del cole, el equipo directivo, la separación física de mi hija mayor, el deporte en la terraza, mi mujer trabajando en una residencia y asustada, la incorporación posterior al trabajo, el colegio con las mascarillas, los protocolos, el cansancio acumulado....explotó todo.

A las habituales bronquitis y dolores de estómago, se unieron la falta de vista, las lesiones por todo y una enorme apatía por la vida.

No me falta de nada. Mis hijos me adoran. Tengo trabajo y facilidad para todo. Lo que no tengo es ilusión. He perdido compañeras de viaje, que, aunque sé que no necesito, sí que entraba en mi proyecto de vida. 

Sé que debo salir de esto. Pedí ayuda profesional y la recibí.

A partir de ahí, empieza otra historia. Otra forma de darme cuenta lo que en realidad es la vida. Lo que en realidad importa y lo que no. 

Necesito tomar conciencia de verdad. Necesito avanzar. Necesito seguir mi camino. 

Por eso, vuelvo al principio del relato, necesito metas. Mi motivación vital es nula. El ejercicio físico exigente, me proporciona la dopamina necesaria para continuar el día. me gustaría que viniera de un abrazo, de un gesto de cariño. Pero no es así. mi familia no está siempre. Se puede decir que pareja no tengo. Mis amigos los tengo lejos aunque siento su amistad. Me siento solo, aunque no lo esté. 

No me siento capaz de trabajar, ni de nada. Las tardes las paso llorando en mi cojín. Las noches, dopado y las mañanas que no hago deporte, me desoriento. 

Leo, intento escribir...

Necesito tomar el camino hacia la luz, sólo o acompañado, pero YA.


Comentarios

Publicar un comentario